jueves, 17 de julio de 2014

LA JUSTICIA COMENZO A INVESTIGAR OTRA CAUSA CONTRA GUTIERREZ

El fiscal Sebastián Videla ordenó la semana pasada una serie de medidas en relación a la denuncia que presentaran el año anterior algunos  concejales contra la administración del intendente Francisco “Ali Barba”  Gutiérrez; esta vez por la contratación irregular de una imprenta vinculada directamente al sobrino del jefe comunal, David Gutiérrez, que ya viene siendo denunciada desde hace varios años.
Se trata de la empresa que imprime el panfleto oficial, “La Hoja” y que en los últimos años facturó a la comuna quilmeña la suma de 13 millones de pesos sin licitación ni concurso de precio.
Como si fuera poco el establecimiento donde funciona la imprenta es propiedad de una funcionaria municipal que reporta en la misma área donde se contratan los trabajos.

¿Quiénes son los Battaglia y los Díaz?

Con la documentación –surgida de la propia rendición de cuentas de
la comuna- y otros elementos probatorios –entre los que se encuentra el trabajo de QUILMES AHORA,  los concejales Gustavo Filaretti, Matias Festucca y Hernán Lupo (Frente K Quilmeño); Mario Sahagun (FAP); Diego Buffone (Coalición Cívica); Fernando Pérez y Oscar Garcia (UCR) pidieron a la justicia que se investiguen las irregularidades cometidas por los funcionarios municipales entre las que se incluye además los continuos cambios de razón social que ha tenido la empresa; hoy está inscripta como Microzite SRL.
En diálogo con el programa “SIN VUELTAS”  el concejal Gustavo Filareti, quien denunció en la sesión del Concejo Deliberante la anormalidad, indicó: “Esta es una familia, los Battaglia y los Díaz, que desde el año 2008 hasta ahora millones de pesos. Nosotros accedimos a las ordenes de compra que la Municipalidad emite para contratar a esta gente durante el año 2012 por un total de 3.200.000 pesos, divididas en casi 170 ordenes de compras para evadir la ley provincial que establece la necesidad de llamar a licitación cuando los montos superen los 300 mil pesos, la compulsa de precios si se ubican por encima de los 100 mil, o la licitación privada entre los 200 y los 300 mil”.
El edil agregó “hemos visto 20 ordenes de compras en un mes por un servicio que se contrata una sola vez. Hay una clara intención del gobierno de desdoblar las ordenes de compra para evitar convocar a otras empresas; cuando la licitación o el concurso tienen como beneficio poder comprar más barato al ser por cantidad, y además para beneficiar a esta gente que de
otro modo nunca podría cumplir con los requisitos para presentarse en una licitación”.

Todo queda en familia

Filareti confirmó que la propietaria del inmueble donde funciona Microzite SRL es la doctora Claudia Tella, asesora del secretario David Gutiérrez e hija del cuestionado subsecretario de Colectividades, Aldo Tella; que viene apareciendo en los medios locales vinculado a sospechosos negocios privados con protección municipal.
Filaretti indicó al respecto que “nosotros accedimos a la documentación sobre la propiedad. Se trataba de un lugar que había estado abandonado por una quiebra que posteriormente se levanto, que pertenece a la familia Tella y que ahora aparece a nombre de su hija; funcionaria de la secretaría privada que es donde se contrata la impresión de la gráfica municipal”.
Pero esta no es la única relación sospechada. En el año 2009 varios medios quilmeños investigaron a fondo a la empresa de Roxana Battaglia y los hermanos Díaz, que antes de asumir Francisco Gutiérrez la intendencia, funcionaban en una pequeña vivienda de Berazategui en forma clandestina.
Uno de los Díaz es amigo íntimo del secretario David Gutiérrez, quien los ayudó a partir de su cargo oficial a convertirse en una empresa gráfica importante cuando hasta el año 2007, apenas poseían dos máquinas “Minerva” con las que sólo pueden imprimirse tarjetas personales, facturas u otras publicaciones no superiores al tamaño de una hoja oficio.
La familia sin embargo recibió de la comuna órdenes de trabajo como afiches de gran tamaño o la propia publicación oficial que se distribuye junto a las tasas municipales.
Sin capacidad de poder imprimir en tamaño y calidad, Roxana Battaglia, su esposo y su cuñado sub contrataban en una imprenta capitalina los trabajos, les agregaban su ganancia, y luego los entregaban a la comuna.

Las investigaciones periodísticas del año 2009 comprobaron que el gobierno municipal abonaba a esa empresa entre el 40 y el 45 por ciento más del valor que hubiese licitado cualquiera de las imprentas importantes de Quilmes.