El
fiscal Sebastián Videla ordenó la
semana pasada una serie de medidas en relación a la denuncia que presentaran el
año anterior algunos concejales contra
la administración del intendente Francisco
“Ali Barba” Gutiérrez; esta vez por la
contratación irregular de una imprenta vinculada directamente al sobrino del
jefe comunal, David Gutiérrez, que
ya viene siendo denunciada desde hace varios años.
Se trata
de la empresa que imprime el panfleto oficial, “La Hoja” y que en los últimos años facturó a la comuna quilmeña la
suma de 13 millones de pesos sin licitación ni concurso de precio.
Como
si fuera poco el establecimiento donde funciona la imprenta es propiedad de una
funcionaria municipal que reporta en la misma área donde se contratan los
trabajos.
¿Quiénes son los Battaglia y
los Díaz?
Con
la documentación –surgida de la propia rendición de cuentas de
la
comuna- y otros elementos probatorios –entre los que se encuentra el trabajo de
QUILMES AHORA, los concejales Gustavo Filaretti, Matias Festucca y Hernán Lupo (Frente K Quilmeño); Mario Sahagun (FAP); Diego
Buffone (Coalición Cívica); Fernando
Pérez y Oscar Garcia (UCR)
pidieron a la justicia que se investiguen las irregularidades cometidas por los
funcionarios municipales entre las que se incluye además los continuos cambios
de razón social que ha tenido la empresa; hoy está inscripta como Microzite
SRL.
En
diálogo con el programa “SIN VUELTAS”
el concejal Gustavo Filareti, quien
denunció en la sesión del Concejo Deliberante la anormalidad, indicó: “Esta
es una familia, los Battaglia y los Díaz, que desde el año 2008 hasta ahora
millones de pesos. Nosotros accedimos a las ordenes de compra que la
Municipalidad emite para contratar a esta gente durante el año 2012 por un
total de 3.200.000 pesos, divididas en casi 170 ordenes de compras para evadir la
ley provincial que establece la necesidad de llamar a licitación cuando los
montos superen los 300 mil pesos, la compulsa de precios si se ubican por
encima de los 100 mil, o la licitación privada entre los 200 y los 300 mil”.
El
edil agregó “hemos visto 20 ordenes de compras en un mes por un servicio que se
contrata una sola vez. Hay una clara intención del gobierno de desdoblar las
ordenes de compra para evitar convocar a otras empresas; cuando la licitación o
el concurso tienen como beneficio poder comprar más barato al ser por cantidad,
y además para beneficiar a esta gente que de
otro modo
nunca podría cumplir con los requisitos para presentarse en una licitación”.
Todo queda en familia
Filareti
confirmó que la propietaria del inmueble donde funciona Microzite SRL es la
doctora Claudia Tella, asesora del
secretario David Gutiérrez e hija
del cuestionado subsecretario de Colectividades, Aldo Tella; que viene apareciendo en los medios locales vinculado a
sospechosos negocios privados con protección municipal.
Filaretti
indicó al respecto que “nosotros accedimos a la documentación sobre
la propiedad. Se trataba de un lugar que había estado abandonado por una
quiebra que posteriormente se levanto, que pertenece a la familia Tella y que ahora
aparece a nombre de su hija; funcionaria de la secretaría privada que es donde
se contrata la impresión de la gráfica municipal”.
Pero
esta no es la única relación sospechada. En el año 2009 varios medios quilmeños
investigaron a fondo a la empresa de Roxana
Battaglia y los hermanos Díaz, que antes de asumir Francisco Gutiérrez la intendencia, funcionaban en una pequeña
vivienda de Berazategui en forma clandestina.
Uno
de los Díaz es amigo íntimo del secretario David
Gutiérrez, quien los ayudó a partir de su cargo oficial a convertirse en
una empresa gráfica importante cuando hasta el año 2007, apenas poseían dos
máquinas “Minerva” con las que sólo pueden imprimirse tarjetas personales,
facturas u otras publicaciones no superiores al tamaño de una hoja oficio.
La
familia sin embargo recibió de la comuna órdenes de trabajo como afiches de
gran tamaño o la propia publicación oficial que se distribuye junto a las tasas
municipales.
Sin
capacidad de poder imprimir en tamaño y calidad, Roxana Battaglia, su esposo y su cuñado sub contrataban en una
imprenta capitalina los trabajos, les agregaban su ganancia, y luego los
entregaban a la comuna.
Las
investigaciones periodísticas del año 2009 comprobaron que el gobierno
municipal abonaba a esa empresa entre el 40 y el 45 por ciento más del valor
que hubiese licitado cualquiera de las imprentas importantes de Quilmes.